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Cómo llorar por temor a Dios

pregunta: 46911

Soy un hombre, y nunca lloro. ¿Cómo puedo hacer que mis ojos lloren por temor a Allah, de acuerdo con el reporte que dice: “Dos ojos que jamás serán tocados por el Fuego”, que también menciona “el ojo que llora por temor a Allah”? Que Allah le recompense con el bien.

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.

Alabado sea Allah.

 Indudablemente, que te sientas apenado por perderte esta bendición es un muy buen signo. Debes notar que el musulmán debe acostumbrarse a llorar por temor a Allah, haciendo lo siguiente:

 1 – Trata de sentir temor por Él.

 Este llanto es el fruto de un conocimiento beneficioso, como al-Qurtubí dice en su comentario del versículo (traducción del significado):

“Se prosternan ante Allah con los ojos llenos de lágrimas” (al-Isra’ 17: 109).

Esta es una elocuente descripción y un elogio de ellos. Es el deber de cualquiera que adquiere conocimiento alcanzar este nivel, de tal forma que cuando oiga el Corán su corazón de llene de temor y humildad. En Musnad ad-Daarimi se narró de Abu Muhámmad que at-Taimi dijo: “A quien se le haya dado conocimiento y no llora, no merece tener tal conocimiento, porque Allah ha descripto a quienes poseen el conocimiento”; entonces él recita este verso citado.

 Al-Yami’ fi Ahkám il-Qur’án, 10/341-342.

 2 – Leyendo el Corán y meditando en sus significados

 Allah dijo (traducción del significado):

“Diles: Creáis o no en él, en nada perjudicará a Allah. Quienes fueron agraciados con el conocimiento de entre aquellos que recibieron las revelaciones anteriores [judíos y cristianos], cuando escuchan la recitación del Corán se prosternan ante Allah.

 Y dicen: ¡Glorificado sea nuestro Señor! Por cierto que la promesa de nuestro Señor se ha cumplido.

 Se prosternan ante Allah con los ojos llenos de lágrimas, y el Corán les acrecienta su humildad y sumisión.” (al-Isra’ 17:107-109).

 “Ellos son a quienes Allah ha agraciado: Profetas descendientes de Adán, descendientes de los que transportamos con Noé, de los descendientes de Abraham y de Israel [Jacob], entre los que guiamos y elegimos. Cuando se les recitaban los preceptos del Clemente, se prosternaban llorando acongojados” (Mariam 19:58).

 Se narró que Ibn Mas’ud (que Allah esté complacido con él) dijo: “El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) me dijo: “Recítame el Corán”. Y yo le dije, “Oh, Mensajero de Allah, ¿te recitaré yo lo que te fue revelado a ti?”. Y él dijo: “Quiero oírlo de alguien más”. Entonces recité Surat an-Nisá’ para él, y cuando recité este versículo: “¿Qué pasará cuando traigamos a un testigo de cada comunidad y te traigamos a ti ¡Oh, Muhammad! como testigo contra éstos los incrédulos de tu pueblo?” (an-Nisá’ 4:41), él dijo “Es suficiente por ahora”. Yo me volví hacia él y ví que sus ojos estaban cubiertos de lágrimas”. Narrado por al-Bujari, 5050; Muslim, 800.

 3 – Conocimiento la grandeza de la recompensa de quienes lloran por temor a Dios, especialmente cuando uno está solo.

 Se narró que Abu Hurairah (que Allah esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Un hombre que llora por temor a Dios no ingresará al Infierno hasta que la leche vuelva a la ubre; el polvo producido (por la batalla) en la causa de Dios y el humo del Infierno nunca existirán juntos”. Narrado por at-Tirmidhi, 1633; an-Nasá’i, 3108; clasificado como auténtico por al-Albani.

 “…hasta que la leche vuelva a la ubre”, es una metáfora de algo que es imposible, como en el versículo en que Allah dijo (traducción del significado): “no se les abrirán las puertas del cielo ni entrarán en el Paraíso hasta que un camello pase por el ojo de la aguja” (al-A’ráf 7:40)”. Tuhfat al-Ahwadhi.

 Y se narró también que él dijo: “El Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Hay siete a quienes Allah cubrirá con Su sombra en el día en el que no habrá más sombra sino la Suya; un gobernante justo; un joven que creció adorando a Allah; un hombre cuyo corazón está atado a la mezquita; dos creyentes que se aman el uno al otro por la causa de Dios, reuniéndose por Su causa y separándose por Su causa; un hombre que es tentado a pecar por una mujer hermosa y de alto estatus social, y responde “yo temo a Allah”; un hombre que da en caridad tan secretamente que su mano izquierda no sabe cuánto ha dado su derecha; y un hombre que recuerda a Allah cuando está solo y sus ojos se cubren de lágrimas”. Narrado por al-Bujari, 660; Muslim, 1031.

 Llorar cuando uno está solo es recomendable porque en la soledad es cuando el corazón tiende a endurecerse, a perder la vergüenza de cometer pecados, y es más improbable que la persona llore para presumir de ser piadoso ante los demás. Entonces, si una persona se esfuerza en hacer esto, puede sentir la grandeza y el poder de Allah, y sus ojos se cubren de lágrimas, entonces merecerá estar bajo la sombra del Trono del Misericordioso en el Día en que no habrá más sombra excepto la Suya.

 4 – Pensando acerca de su situación, de su prisa por cometer pecados y temiendo encontrarse con Allah en tal estado.

 Una de las personas rectas solía llorar noche y día, y se decían algunas cosas de él. Él dijo: “Temo que Dios me vea cometiendo pecados y diga: “Aléjate de Mí; pues estoy enojado contigo”. Por eso Sufián solía llorar y decir: “Temo que mi fe me sea quitada en el momento de la muerte”.

 Isma’íl ibn Zakaríyah describió a Habíb ibn Muhámmad, quien era vecino suyo. Él dijo: “Cada noche lo oigo llorar y cada mañana lo oigo llorar, entonces fui con su esposa y le dije: “¿Qué es lo que pasa con él? ¡Llora en la mañana y en la noche!”, y ella me dijo: “Por Allah, cuando la noche llega teme que no vivirá hasta la mañana, y cuando la mañana llega, teme que no vivirá hasta la noche”.

 Las primeras generaciones de musulmanes rectos solían llorar y apenarse a menudo. Cuando Yazíd ar-Raqáshi fue criticado por llorar demasiado y se le dijo: “Si el Fuego hubiera sido creado exclusivamente para ti, no habrías llorado tanto”. Él respondió: “¿Ha sido creado el Fuego para alguien más que para mí, mis compañeros y hermanos de la humanidad y de los genios?”.

 Cuando ‘Atá as-Sulaimi fue interrogado: “¿Cuál es tu pena?”, dijo: “¡Ay de ti! La muerte está a la mano, la tumba es mi casa, en el Día de la Resurrección estaré y mi camino está sobre el puente que cruza el Infierno, y no sé lo que me sucederá”.

 Faddálah ibn Saifi solía llorar mucho. Un hombre entró a buscarlo cuando estaba llorando y le dijo a su esposa: “¿Qué es lo que pasa con él?”, y ella dijo: “Dice que quiere emprender la larga jornada y no tiene las provisiones apropiadas para ello”.

 Una noche al-Hásan se despertó llorando y perturbó a las otras personas de la casa con su llanto. Ellos le preguntaron qué le sucedía y dijo: “Recordé un pecado que cometí, por eso lloro”.

 Se narró que Tamím ad-Dári (que Allah esté complacido con él) recitó este verso (traducción del significado): “¿Acaso quienes obran mal piensan que les consideraremos igual que a quienes creen y obran rectamente, tanto en esta vida como en la otra? ¡Qué mal que piensan!” (al-Yaazíyah 45:21) y comenzó a repetirlo y a llorar hasta la mañana.

 Hudhaifah (que Allah esté complacido con él) solía llorar intensamente y le dijeron: “¿Por qué estás llorando?”, respondió: “No sé qué es lo que me espera, si la complacencia o el enojo divino”.

 Sa’d ibn al-Ajram dijo: “Estaba caminando con Ibn Mas’ud y pasamos por el herrero, quien había sacado una pieza de hierro del fuego. Se detuvo, miró el hierro fundido y lloró”.

 5 – Sintiéndote apenado por faltar a tus deberes religiosos

 Las lágrimas del arrepentimiento por la noche apagan la sed y curan la enfermedad, como el shéij de los mufassirín, Abu Ya’far at-Tabari, dijo en su comentario del versículo (traducción del significado):

“¿Cómo es que os sorprendéis de este Mensaje, reís en vez de llorar?” (an-Naym 53:59-60).

 No llores por las críticas y amenazas de aquellos que desobedecen a Allah, cuando tú eres de la gente que comete pecados, “Y permanecéis distraídos?” (an-Náym 53:61), no prestas atención a las lecciones y recordatorios que contiene, y te apartas de sus versículos”.

 Yami’ al-Baián ‘an Ta’wíl Aayi al-Qur’án, 27/82.

 6 – Llorar por temor a tener un mal final.

 Se narró que Ibn ‘Umar (que Allah esté complacido con él) dijo: “Cuando el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pasó por al-Híyr (el territorio de la gente de Zamud, pueblo descrito en el Corán), dijo: “No entren a las moradas de aquellos que fueron injustos consigo mismos, para que no les suceda lo que a ellos, a menos que estén llorado”. Entonces el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) cubrió su cabeza y caminó rápidamente hasta que había dejado el valle”. Narrado por al-Bujari, 3380; Muslim, 2980.

An-Nawawi incluyó este reporte en un capítulo titulado “Llorar y sentir temor cuando se pasa por las tumbas de los malhechores y los lugares donde ellos fueron muertos, expresar nuestra necesidad de Dios y ser cuidadoso de no descuidar eso”. Riiadh as-Saalihín, p. 373.

 7 – Escuchar discursos emotivos y lecturas que conmuevan el corazón

 Se narró que al-‘Irbád ibn Saaríyah (que Allah esté complacido con él), quien fue uno de lo que solían llorar, dijo: “El Mensajero de Allah dio un discurso profundamente emotivo en el que nuestros ojos se cubrieron de lágrimas y nuestros corazones se conmovieron”. Narrado por at-Tirmidhi, 2676; Abu Dawud, 4607; Ibn Máyah, 42; clasificado como auténtico por al-Albani.

 Que Allah no ayude y te ayude a ti a hacer lo que Él ama y le complace.

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