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¿Cuál es el significado del reporte “Somos una nación iletrada, que no escribe ni calcula”?

pregunta: 4713

¿Cuál es el significado del reporte “Somos una nación iletrada, que no escribe ni calcula”? ¿Contradice esto lo que los musulmanes estamos haciendo actualmente, al buscar educación?

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.

La redacción del reporte no es exactamente como la que mencionaste en tu pregunta. La citaremos aquí: 

Se narró de Ibn ‘Umar (que Dios esté complacido con él) que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Nosotros somos una nación iletrada, no escribimos ni calculamos. Por lo tanto los meses son tal y tal (significando que algunas veces tienen 29 días o otras 30)”. Narrado por al-Bujari, 1814; Muslim, 1080. 

Este reportes fue narrado acerca del asunto de cuándo comienza el mes lunar, y lo que está indicando es que no es necesario recurrir a cálculos astronómicos para saber cuándo comienza, sino que debemos confiar en el avistamiento de la Luna nueva, y cuando la veamos sabremos que el mes ha comenzado. El reporte fue citado para explicar esto. No significa en absoluto que nuestra comunidad deba permanecer ignorante y abstenerse de aprender aritmética, matemáticas, u otras ciencias. Por lo tanto el reporte no contradice lo que los musulmanes estamos haciendo actualmente al buscar educación en las diversas ramas de la ciencia, que nos beneficiarán tanto mundana como espiritualmente. El Islam es la religión del conocimiento, convoca a todos los musulmanes a aprender lo que Dios nos ha encomendado, especialmente las normas de la ley islámica sobre los actos de culto, sobre el comercio, etc. Con respecto a las ciencias como la medicina, la ingeniería, etc., los musulmanes debemos aprenderlas tanto como necesitemos. Si nuestra comunidad necesita manufacturar una aguja, necesitamos a alguien entre nosotros que pueda aprender cómo hacer esta aguja. 

El Shéij al-Islam Ibn Taimíyah escribió una discusión sobre este reporte; aquí sigue una selección de su comentario: 

“La frase “Somos una nación iletrada”, no nos está indicando que debemos ser de esa forma. Los árabes eran iletrados antes del advenimiento del Islam, como Dios dijo (traducción del significado):

“Él es Quien eligió de entre los iletrados [los árabes] un Mensajero para que les recite Sus preceptos, les purifique y les enseñe el Libro y la sabiduría” (Al-Yumu’ah, 62:2).

“Y pregúntales a quienes recibieron el Libro y a los analfabetos [árabes paganos]: ¿Habéis aceptado el Islam [sometiéndoos a Allah]? Si lo aceptan habrán seguido la guía; pero si vuelven la espalda, tú sólo tienes la obligación de transmitir el mensaje. Allah está atento a lo que hacen Sus siervos” (Ali ‘Imrán, 3:20). 

Aunque eran así antes de que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fuera enviado a ellos, no se les ordenó permanecer ignorantes e iletrados. Algunas cualidades de los pueblos iletrados debían ser conservadas, pero como veremos luego, no se les ordenó ser así en el sentido de abstenerse de conocimiento y educación. 

Entre las naciones a las que Dios envió al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) había algunas que podían leer y escribir, y algunos de sus compañeros sabían hacerlo. Había también otros que tenían la capacidad de hacer cálculos. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue enviado con algunas obligaciones que implicaban calcular. Se narró que cuando se había designado a alguien para que recolectara la caridad obligatoria, Ibn al-Latabíyah llegó y calculó o contabilizó la cantidad recolectada. 

El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) tenía varios escribas, como Abu Bákr, ‘Umar, ‘Uzmán, ‘Ali, Zaid y Mo’áwiyah, que podían registrar la revelación coránica por escrito, podían escribir contratos y cartas a la gente a quienes él había sido enviado, a los reyes y líderes de las naciones limítrofes, a sus obreros y gobernadores, etc. 

Dios dijo en Su Libro (traducción del significado): 

“Él es Quien hizo que el sol tuviese luz propia y determinó que la luna reflejase su luz en distintas fases para que podáis computar el número de años y los meses. Allah no creó esto sino con un fin justo y verdadero; y aclara los signos para quienes los comprenden.” (Yunus, 10:5; Al-Isrá’, 17:12). 

Esto se ha mencionado en dos lugares en el Sagrado Corán, donde Dios nos dice que Él ha creado el Sol y la Luna para que podamos calcular los meses. 

La palabra árabe ‘ummí’ (analfabeto o iletrado), proviene de la misma raíz que úmma, comunidad. Se refiere a quien no se distingue del resto de la gente por saber leer y escribir. Pertenece a la misma familia que la palabra ‘ámmi, que es usada para describir a una persona común del pueblo (perteneciente a las masas), que no se distingue por tener más conocimiento que el pueblo al que pertenece. Se ha dicho también que la palabra ummí (iletrado) se deriva de la palabra úmm, ‘madre’, significando que dicha persona no ha aprendido más que lo que su madre ha podido enseñarle. 

El conocimiento de la lectura y la escritura puede constituir una virtud en sí misma, como en el caso de aquellos que leen el Sagrado Corán y comprenden sus significados, o puede ser un medio que ayude a lograr eso u otros niveles de virtud. Por lo tanto quien usa ese conocimiento para perseguir la perfección, esto es algo elogiable, mientras que quien descuida esto o lo usa para malos propósitos, es algo condenable. Pero si una persona logra eso sin usar esos medios, también es aceptable. 

Así queda claro que hay distintos tipos de analfabetismo o ausencia de educación. La primera nación a la cual el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se dirigió fue a los árabes, y a través de ellos el mensaje del Islam fue entregado posteriormente a otras naciones, porque fue revelado en su lengua. Ellos eran en su mayoría analfabetos, y no tenían ventaja educativa ni grandes conocimientos de ciencias o escritura, aunque por naturaleza eran más curiosos y estaban más dispuestos a aprender que otras naciones. En este sentido, ellos eran como un campo arado listo para ser sembrado, pero no había nadie entre ellos que hiciera esta tarea y no tenían escrituras reveladas por Dios, como la Gente de las Escrituras tenía, ni ninguna ciencia analítica como los sabeos. La escritura existía entre ellos, pero estaba poco extendida. Tenían cierto conocimiento práctico adquirido mediante la observación, pero que no los distinguía de la masa iletrada por medio del estudio. Por ejemplo, ellos sabían que el Creador tenía buenas características y Lo tenían en alta estima, y tenían algunos conocimientos de astronomía, genealogía y poesía. Entonces ellos eran llamados iletrados y justificadamente, como Dios dijo acerca de ellos (traducción del significado): 

“Él es Quien eligió de entre los iletrados [los árabes] un Mensajero para que les recite Sus preceptos, les purifique y les enseñe el Libro y la sabiduría” (Al-Yumu’ah, 62:2). 

“Si te refutan [¡Oh, Muhámmad!], diles: Yo y quienes me siguen nos entregamos sinceramente a Allah. Y pregúntales a quienes recibieron el Libro y a los analfabetos [árabes paganos]: ¿Habéis aceptado el Islam [sometiéndoos a Allah]? Si lo aceptan habrán seguido la guía; pero si vuelven la espalda, tú sólo tienes la obligación de transmitir el mensaje. Allah está atento a lo que hacen Sus siervos” (Ali ‘Imrán, 3:20). 

Por lo tanto los iletrados o analfabetos eran diferenciados de la Gente de las Escrituras, porque ellos eran versados en las escrituras. 

Cuando el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue enviado, se hizo obligatorio para quienes le conocieron entre ellos seguir el Libro que él había traído, meditar en sus significados, y actuar de acuerdo a él. Dios explicó muchas cosas en este Libro, y su Profeta les enseñó todo lo relativo a sus vidas, hasta cómo hacer sus necesidades e higienizarse. Se convirtieron entonces ellos también en gente de un Libro y gente de conocimiento, y ciertamente llegaron a ser muy versados en el conocimiento de la religión. Perdieron la característica de ser iletrados o analfabetos, que se basaba en ese entonces en la falta de un libro revelado por Dios, y obtuvieron el conocimiento del Libro y su sabiduría. Heredaron entonces el Libro, como Dios dijo acerca de ellos (traducción del significado): 

“Él es Quien eligió de entre los iletrados [los árabes] un Mensajero para que les recite Sus preceptos, les purifique y les enseñe el Libro y la sabiduría. Y por cierto que antes de ello se encontraban en un evidente extravío” (Al-Yumu’ah, 62:2). 

Dejaron de ser iletrados cuando el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) les enseñó el Libro y la sabiduría. Dios dijo (traducción del significado): 

“Luego hicimos que heredaran el Libro quienes elegimos entre Nuestros siervos [tu nación]; pero de ellos hay quienes son inicuos, otros que lo ponen en práctica moderadamente, y otros que se apresuran en hacer el bien con el permiso de Allah. Éste es un favor inmenso” (Fátir, 35:32).

“Y éste [el Corán] es un Libro bendito que hemos revelado para que os atengáis a sus preceptos y os guardéis [con él de la incredulidad], que así se os tendrá clemencia. 156. Y para que no digáis: Sólo dos comunidades anteriores a nosotros recibieron la revelación, y no pudimos leerla ni tampoco obrar según ella [porque no conocemos su idioma].  O digáis: Si hubiéramos recibido la revelación, habríamos seguido la guía mejor que ellos. Por cierto que ya os llegó de vuestro Señor la evidencia [el Corán], como guía y misericordia” (Al-An’ám, 6:155-157). 

Y Dios  respondió la oración de Abrahán por ellos, cuando dijo (traducción del significado): 

“¡Señor nuestro! Haz surgir de entre ellos [nuestra descendencia] un Mensajero que les recite Tus preceptos y les enseñe el Libro y la sabiduría, y los purifique. En verdad, Tú eres Poderoso, Sabio” (Al-Báqarah, 2:129). 

Por lo tanto hay tipos de analfabetismo que están prohibidos, otros que son reprobables o formas de incumplimiento de nuestros deberes, o un incumplimiento de aprender lo beneficioso y correcto. 

Una persona que no sabe cómo leer el primero u otros capítulos del Corán, es llamada por los juristas en sus discusiones sobre la oración como ummí (analfabeto), que es lo opuesto a qári’ (lector). Ellos dicen: “No es correcto que el qári’ (lector) sea dirigido en la oración por el ummí (analfabeto), pero el analfabeto puede dirigir en la oración a otro analfabeto”, y discuten tópicos de esta naturaleza. Lo que significa aquí ummí o analfabeto es la persona que no sabe leer lo básico, sino importar si sabe escribir o calcular, o no. 

Este tipo de analfabetismo implica obviamente descuidar un deber obligatorio, por el cual el musulmán puede ser castigado por Dios si tuvo la oportunidad de aprender y no la aprovechó. 

Hay también un tipo de analfabetismo que es reprobable, como el que Dios describió en el caso de la Gente de las Escrituras cuando dijo (traducción del significado): 

“Entre ellos hay ignorantes que no conocen el Libro salvo algunos relatos, y no hacen sino conjeturar” (Al-Báqarah, 2:78). 

Esta es la descripción de quien no comprende las palabras de Dios o no actúa en base a ella; todo lo que hace es recitarlas. Al-Hásan al-Basri dijo: “El Corán fue revelado para actuar en base a él, por lo tanto recitarlo implica eso”. El ignorante o iletrado puede leer y recitar el Corán, pero no lo entiende; y cuando habla de los asuntos del conocimiento, lo hace superficialmente. Esta persona también se la considera iletrada y es algo reprobable, así como Dios lo reprueba por su falta de conocimiento obligatorio, ya sea este conocimiento una obligación individual o colectiva. 

Hay un tipo de ignorancia o desconocimiento que es el de quien lee sólo una parte del Corán pero comprende cabalmente lo que lee y lo aprende. Lo que aprende del Islam lo aprende correctamente, sea mucho o poco. Tal persona también es llamada ummí (iletrado) en ocasiones, pero aprender el Corán y actuar en base a él es mejor y más preferible. 

Estos asuntos que distinguen a la gente son virtudes, y si una persona falla en lograrlas, está perdiendo algo beneficioso y obligatorio, ya sea para él o para la comunidad toda, o es cuanto menos recomendable. Estos atributos de virtud pueden ser atribuidos a Dios y a Sus profetas en términos generales. Dios es Omnisapiente, Sabio, y combina el conocimiento con la elocuencia en lo que desea. Lo mismo es así en Sus profetas y en nuestro Profeta Muhámmad, el líder de la gente de conocimiento y los sabios. 

Con respecto a los medios para lograr estas virtudes, como la escritura o las matemáticas, si una persona no tiene estas habilidades y no puede acceder al conocimiento por otros medios alternativos, esto es un signo de carencia. Si la persona las adquiere y las usa para perfeccionar su personalidad y conocimiento, como quien aprende a leer y lee el Corán y otra literatura con conocimientos necesarios para su educación, entonces esto es algo bueno. Pero si la persona lo usa con otros propósitos, como leer cosas perjudiciales, falsificar la firma o cartas de los gobernantes, jueces o testigos, entonces esto será malo para él, y un pecado. Si una persona que no sabe leer y escribir puede alcanzar el conocimiento y perfeccionarlo, esto excelente, y este fue el caso de nuestro Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), de quien Dios dijoi (traducción del significado): 

“Aquellos que siguen al Mensajero y Profeta iletrado [Muhámmad], quien se encontraba mencionado en la Torá y el Evangelio…” (Al-A’ráf, 7:157). 

Que fuera analfabeto no significó que fuera incapaz de lograr el conocimiento ni la habilidad de memorizar el Libro, porque Él era el líder de todos los imames y shéijs. Lo que significaba es que él no sabía escribir ni leer en un papel, pero conocía bien el idioma. Dios dijo (traducción del significado): 

“Y tú no sabías leer ningún tipo de escritura antes de que te fuera revelado [el Corán], ni tampoco trascribirla con tu diestra; porque de haber sido así hubieran podido sembrar dudas [acerca de ti] los que inventan mentiras” (Al-‘Ankabut, 29:48). 

(Entonces Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) volvió a discutir el reporte “Somos una nación iletrada”, y afirmó que hay reportes que corroboran el significado que mencionamos de este reporte. Luego dijo): 

Cuando comparamos esto con su comentario de que el mes puede ser de 29 ó de 30 días, se hace claro que lo que significa es con respecto a la Luna nueva como comienzo del mes, significando que no necesitamos llevar la cuenta de los días por escrito ni calcularlos. Lo que los diferencia es el avistamiento de la luna; no hay ninguna otra cosa que los diferencie, tal como la escritura o el cálculo. 

Así se hace claro que el desconocimiento de otros métodos al que se refiere este reporte es algo bueno, porque registrar el paso de los días por escrito y calcularlos es engorroso y puede acarrear errores, y porque el avistamiento de la Luna es mucho más simple, evidente y confiable”.

Origen

Maymu' al-Fatáwa, 25/164-175

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