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¿Qué es la moderación en la religión?

pregunta: 9466

¿Qué es la moderación en la religión?

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.

Alabado sea Allah.

La moderación en la religión significa no exagerar ni ir más allá de los límites dispuestos por Allah, y no descuidar ni quedarse en el cumplimiento de los deberes establecidos por Allah.

La moderación en la religión significa seguir el ejemplo del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Exagerar significa intentar hacer más de lo que él hizo, y la negligencia significa hacer menos, no alcanzar ese nivel.

 Por ejemplo, un hombre dice: “Yo quiero pasar toda la noches en oración (qiyám al-Láil), y nunca dormir en toda mi vida, porque la oración es uno de los mejores actos de culto, entonces quiero pasar todas las noches de mi vida rezando”. Diríamos, esto es llevar a los extremos la religión de Allah, y no está bien. Algo como esto sucedió en el tiempo del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), cuando un grupo de hombres se reunió y uno de ellos dijo: “Voy a rezar todas las noches y nunca a dormir”. Otro dijo: “Voy a ayunar siempre, y nunca voy a romper mi ayuno”. Un tercero dijo: “Nunca desposaré una mujer”. Cuando el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) tuvo noticia de estos votos de abstinencia, dijo: ¿Qué está mal con esta gente, que dice tales cosas? Yo ayuno, y también rompo mi ayuno. Duermo, y me caso con mujeres. Quien abandone mi Tradición (sunnah) no pertenece a mi comunidad”. Estas personas llevaron al extremo la religión, y así el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) los rechazó, porque descuidaron su sunnah, que implica a veces ayunar y otras no, a veces rezar de noche y otras descansar, y casarse con mujeres.

 El que falta a sus deberes es quien dice: “No necesito hacer acciones voluntarias (naafil), entonces no las haré. Sólo haré lo obligatorio”. Él puede aún quedarse corto con sus acciones obligatorias, por eso esta persona no alcanza el nivel requerido.

 La persona moderada es la que sigue el camino del Mensajero (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y sus sucesores rectamente guiados (al-Julafá ar-Rashidún).

 Otro ejemplo: tres hombres se encontraron con un musulmán pecador. Uno de ellos dijo: “No voy a saludar a este musulmán pecador, voy a boicotearlo; lo esquivaré y no le hablaré”.

 El segundo dijo: “Voy a ir con él, lo saludaré y le sonreiré. Lo voy a invitar a casa y también aceptaré su invitación. Él es igual que un hombre recto para mí”.

 El tercero dice: “Detesto a este hombre por sus acciones pecaminosas, pero le amo por su fe. No lo boicotearé, a menos que pueda lograr algo mejor. Si no hay ningún beneficio en oponérsele y eso sólo incrementará su necedad, entonces lo dejaré en paz”.

 Decimos que el primer hombre exageró y se excedió, llevando su celo al extremo, que el segundo es negligente, y que el tercero es moderado.

 Lo mismo se aplica a todo otro acto de culto y tratos con otros. La gente varía entre el extremismo, la negligencia y la moderación.

Un tercer ejemplo: un hombre está prisionero de su esposa, quien lo manipula como ella quiere y él no puede oponérsele, ni animarla a hacer el bien. Ella lo ha despojado de su razón, y se ha convertido en quien está a cargo de él.

Otro hombre trata a su esposa con rudeza, arrogancia y mano dura. No se preocupa de su bienestar y la trata como poco más que un sirviente.

 Un tercer hombre trata moderadamente a su esposa, como Allah y su Mensajero ordenaron:

“Ellas tienen tanto el derecho al buen trato como la obligación de tratar bien a sus maridos” (al-Báqarah 2:228, interpretación del significado).

 El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No es permitido que un hombre creyente odie a una mujer creyente. Si él detesta alguna de sus características, estará satisfecho por otras”.

Este último hombre es quien es moderado. El segundo es un extremista en su forma de tratar a su esposa, y el primero es un negligente.

 Lo mismo se aplica a todas las demás acciones y actos de culto.

Origen

Maymu’ Fatáwah wa Rasá’il li Fadílat ash-Shaíj Muhámmad ibn Sálih al-‘Uzaimín, vol. 1, p. 42

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